El Pocho, el Malevo, Hirsig y la Gata se lookearon como el grupo neoyorquino para celebrar el título. Conocé la historia de una producción que quedará en la memoria cuerva.
Pasame el replay.
1973. Ruge el Gasómetro. Santana rasga las cuerdas, atrona el barrio porteño más reo, Boedo, tanguero de ley, se casa con el rock.
Metele play, campeón. Un año después de la visita del mexicano a la Argentina, en Queens, New York, nacían The Ramones, una de las bandas punk más influyentes de la historia, quizás el grupo extranjero más local en estas tierras. Rockero, el Nuevo Gasómetro imita a su predecesor, luego del rugido dominguero, convocando a la banda del Ramón más famoso, Díaz, autor del mayor hit futbolístico de los últimos tiempos. Al escenario, entonces, montado en el segundo piso de la Platea Norte, lejos de ojos indiscretos, salen los cracks, flamantes campeones con San Lorenzo, lookeados como los neoyorkinos a pedido de Olé: Ezequiel Lavezzi, Santiago Hirsig, Osmar Ferreyra y Gastón Fernández. ¡Hey, ho, let''s go!
The sensation. Ellos, claro, figuras del mejor equipo del Clausura, son la sensación del momento, rock stars en el Pedro Bidegain. One, two, three, ¡four! Casi que trotan el Pocho, el Malevo y Santi, huyendo del estacionamiento del estadio, presurosos por probarse las camperas de cuero a estrenar. Y no están solos. ¿La Gata? No, Fernández, pionero de la producción, llega tarde. La compañía es de Tomás, el pequeño Lavezzi, más Ramone que Joey, Johnny, Dee Dee y Tommy juntos, caracterizado con a las gafas setentosas de Ferreyra. Con la escenografía preparada, la primera impresión movió la estantería. "Peluca ni en pedo", disparó el Malevo, para, a los 35 segundos, probarse cuál le quedaba mejor. Ultraviolentos, nada ni nadie los pudo parar. Motivados por las bolsas con ropas y pelucas, se abalanzaron sobre las prendas para elegir, a la espera de la Gata, con Hirsig como vestuarista por excelencia y, ¿por qué no? como el mayor manosanta, tocándose the left egg al enterarse que su posición en la foto era la ocupada originalmente por Joey, fallecido en 2001. Muy toquetón él, pero ni hablar de posar con el micrófono como si estuviera cantando: "Nooo, muy maraca, je".
Mayor temor uno: las cargadas de los compañeros. Mayor temor dos: la femineidad de la peluca. "Uyyy, ¡qué gay voy a salir", chusmea el Malevo la primera toma, segundos después de que el Pocho le acomodara rabiosamente la larga melena ficticia. ¡Y llega Fernández! La que le espera... "¿Peluca? Nooo", guapea la Gata. Pero Ferreyra le para el carro: "Daaale Gata, encima que llegás a cualquier hora te hacés el loco. Ponete eso y vení acá". Y Lavezzi se la acomoda. Y ruge Boedo campeón. Mondo Bizarro.
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