La historia de desencuentros de Gastón Fernández, figura de San Lorenzo, el líder del Clausura. Sin lugar en River, con algunas puertas que se le cerraron, preferido más por los hinchas que por los entrenadores, busca hoy consolidar su talento en su nueva casa.
"Estoy orgulloso de este equipo. San Lorenzo es un conjunto de hombres con mucha personalidad, que puede jugarle de igual a igual a cualquiera. Acá soy feliz".
Gastón Fernández, la Gata, la figura de San Lorenzo, líder del Clausura, el goleador en el sufrido éxito por 2 a 1 frente a Banfield, el receptor de la mejor ovación de la tarde-noche de domingo, tiene una íntima historia, personal trayectoria, de desencuentros, sinsabores, frustraciones en el césped a pesar de disfrutar de su talento natural. Los técnicos, en general, le cerraron las puertas de la continuidad; los hinchas, en general, le abrieron las puertas del cariño. Aquí y allá. Al menos, desde que ensayó algunas piruetas en su presentación con la camiseta de River, la que tanto quiere, la que tanto lo despreció, el 24 de noviembre de 2002, unos 25 minutos para sellar un éxito por 2 a 1 frente a Olimpo.
"Vine a San Lorenzo para recuperar la felicidad de jugar. Me llamó Ramón y sabía que en River no iba a tener ocasiones para demostrar que estoy vigente. Me siento bien, ahora quiero sentirme útil. Estoy preparado para dar, al fin, el salto de calidad."
Apenas hace 34 días que se viste de azulgrana. Apenas un mes y monedas que se calza la camiseta N° 9. Apenas un puñado de semanas que se presentó en San Lorenzo y ya provocó una pequeña gran revolución. Le marcó un gol a Boca en el inolvidable 3-0; le anotó dos a Banfield, en el sufrido 2-1. Quiere volver a ser.
"Puede ser que siempre me llenaron de elogios y después de algunos partidos me caí y no jugué como muchos esperaban. También, sufrí muchas lesiones y no tuve continuidad. Pasaron muchas cosas como para encontrar el despegue. En San Lorenzo voy a hacer lo imposible por conseguirlo."
Se vistió de azulgrana, se advertía, porque Daniel Passarella, el DT de River, no le permitió volar. También Mostaza Merlo, en su momento, le cortó las alas. Y Leonardo Astrada. Y Manuel Pellegrini. Los hinchas millonarios lo querían, aún lo quieren. Aún, también, cuando durante un año, allá por 2004, mostró su mejor expresión en Racing, club en el que hizo sus primeras travesuras en infantiles, club que estaba a seis cuadras de su casa de Avellaneda, club al que le tenía, en su infancia, un aprecio especial.
Fue figura y querido por los fanáticos de la Academia durante un puñado de meses. Repentino ídolo en un clásico de lluvia y frío en la cancha de Lanús, con dos goles con su sello el 23 de mayo de 2004, en un lapidario 3-1 contra Independiente. Su figura se apagó con el futuro de puertas cerradas, sobre todo, en Núñez. Sin el Pato Fillol, el que le dio su primera gran ocasión, sin Guillermo Rivarola, quien le dio continuidad, las vallas surgieron una y otra vez en Núñez. Aun con un gol a Boca, en un 2-0 definido el 7 de noviembre de 2004.
"En San Lorenzo encontré el cariño de los hinchas. La ovación del domingo fue increíble, no la esperaba. Voy a matarme por esta camiseta."
El breve paso por Monterrey no cambió su historia. En San Lorenzo, a los 23 años, el hijo de Adriana, el marido de Paula, el receptor de cinco blogs con simpatías femeninas, encontró su lugar en la tierra de la pelota.
24 goles marcó en 107 partidos en una carrera sin mucha continuidad
4 los equipos en los que jugó: River (dos veces), Racing, Monterrey y San Lorenzo
5 blogs tiene de sus admiradores, mayoría de mujeres, en Internet
Apuntes
8 de febrero de 2007
Se presenta en sociedad en el Nuevo Gasómetro
"Quiero volver a sentirme importante", dice Gastón Fernández, en su primera práctica en San Lorenzo, que adquiere el 70% de su pase en 1.100.000 dólares.
17 de febrero de 2007
Apenas unos minutos contra Colón en el debut
En Santa Fe, por la segunda fecha del Clausura, hace su presentación: ingresa a los 31 minutos del segundo tiempo por Santiago Hirsig. Intenta mucho, le sale muy poco.
28 de febrero de 2007
El cariño de los hinchas, un sello que lo distingue
Luego de un entrenamiento, por primera vez un numeroso grupo de hinchas le muestra su cariño. "Gata, Gata", le cantan y le piden autógrafos. Comienza una suerte de idilio.
4 de marzo de 2007
Se luce con una conquista a Boca en la Bombonera
Entra por Ezequiel Lavezzi, lesionado a los 27 minutos del primer tiempo, en el clásico contra Boca, que gana San Lorenzo 1-0. Al rato, marca un golazo, el segundo del Ciclón.
11 de marzo de 2007
Dos goles contra Banfield, figura y la gran ovación
En el sufrido 2-1 contra Banfield, primero pica la pelota en el penal y luego define una buena acción colectiva. Cerca del final, lo reemplaza Walter Acevedo y la gente lo ovaciona.
La apuesta entre Ramón Díaz y Olé sigue en pie. Y aunque el Pelado está de parabienes por la racha goleadora de Gastón Fernández, todavía no se anima a poner punto final al debate que planteó sobre si la Gata es "diez veces mejor que Leandro Romagnoli", de acuerdo a lo que aseveró cuando se cayó el regreso del Pipi y juró que llegaría un refuerzo tremendamente superior. Pero, lo dicho: el rubio está on fire, como alguna vez lo estuvo en Racing y como nunca pudo hacerlo en River. "Déjenmelo trabajar, hace 20 días que lo tenemos", le había dicho Ramón a este diario la semana pasada. Y la Gata, ¿explotó? Ni él lo dice. Al menos, explica parte de este momento: "Me siento bien en lo personal, con mucha tranquilidad, algo que quizás antes no tenía".