jueves, 3 de mayo de 2007

Los ángeles de Ramón - Olé

Uno de los principales argumentos de San Lorenzo para ser el líder del Clausura está en su poder ofensivo, representado por Gastón Fernández, Ezequiel Lavezzi y Andrés Silvera. Para Ramón Díaz son "Los castigadores del área".


Desde que se instaló la posibilidad de jugar con los tres juntitos allá arriba, el juego mediático se puso en marcha, a "crear". Los llamaron de mil maneras posibles. Hubo ingenio y también frases remanidas, claro. Pero fue Ramón Angel Díaz, a pedido de Clarín, el que más capacidad tuvo para bautizar a Ezequiel Lavezzi, Andrés Silvera y Gastón Fernández, los tres atacantes de este San Lorenzo puntero y arrasador. El Pelado escuchó atentamente la propuesta, miró al piso, pensó, levantó la cabeza y espontáneamente, acompañada de una sonrisa picarona, entregó la frase: "Para mí son Los castigadores del área".

Pocho, Cuqui y La Gata no vieron mucha acción en simultáneo en esta docena de fechas. Por lesiones (los tres tuvieron nanas), decisiones tácticas o suspensiones (por ejemplo, Fernández no estará ante Vélez por la expulsión frente a Chicago), apenas jugaron dos partidos desde el arranque y en tres el técnico los juntó de a ratitos. Pero, más allá de este detalle, son protagonistas estelares de la contundencia, el ítem más eficaz del líder. De los 22 goles que convirtió el equipo, 15 —es decir casi el 70 por ciento—, se los reparten entre ellos: seis gritos para Silvera, igual marca para Fernández y tres de Lavezzi.


La Gata arranca: "La campaña que estamos haciendo es brillante. Ganamos diez partidos de doce y eso no se consigue con suerte. Nosotros sabemos que no somos una máquina. Pero, ¿quién nos superó? Nadie. El único que nos ganó fue Estudiantes. Y lo hizo ahí nomás". Pocho desborda: "Creo que este equipo no es reconocido. Nos venimos matando desde la pretemporada y muchos pensaban que nos íbamos a caer. O que no teníamos huevos para bancarnos la presión de la punta. Y sin embargo, estamos arriba desde el inicio del torneo". Cuqui define: "Nos propusimos jugar todos los partidos como finales. La diferencia no es mucha entre los equipos que estamos peleando arriba, entonces hay que dar todo, el máximo, para sacar una mínima luz de ventaja. Por suerte este fin de semana logramos ampliar la diferencia con Boca a cuatro puntos".


—Les viene bien que Boca, su rival más cercano, y Vélez, el próximo adversario, se tengan que eliminar por la Copa Libertadores, ¿no?


—Lavezzi: Para mí es igual. Como dijo Cuqui: nosotros salimos a dar todo, no importa si el rival juega con titulares o suplentes.


—Silvera: Quizás pueda parecer que eso te beneficia porque seguramente los dos equipos van a tirarse a pasar en la Copa. Pero tanto Boca como Vélez cuentan con buenos planteles.


—Fernández: Lo importante es no relajarse. Porque ahora se nos viene Vélez, que por ahí va a tener la mente puesta en la Libertadores, pero después nos toca River, que está remontando, y Newell's allá en Rosario.


Los tres se reparten elogios entre ellos. Por igual. Silvera asegura que con semejante compañía, todo se le simplifica: "Este (Lavezzi) te pasa por encima y siempre busca la mejor opción en el área; y este otro (Fernández) tiene una precisión tremenda. Te dice tomá y hacelo". Lavezzi destaca: "Al Cuqui le tenés que tirar la pelota adentro del área y olvidarte. Tiene una frialdad para definir increíble. Y La Gata siempre encara para adelante. Agarra la pelota y ya sabe que es lo que va a hacer. Es un grande". Fernández también tira flores: "Son completísimos. Los dos. Van al frente, no dan por perdida una pelota. Con Pocho no sabés con qué te va a salir y Cuqui te liquida, de arriba o de abajo".


Coinciden en que "no importa lo que hagan los demás". Admiten, casi por primera vez, que "ahora todo depende de nosotros". Saben que son siete los escalones que los separan de la gloria. Y para que ello ocurra, los tres, juntos o separados, deben seguir castigando a sus rivales.

En cuatro meses, el plantel se llenó de buena onda - Clarín

El Pelado Méndez se arrima al sector de los juegos del Hindú Club y saluda calurosamente a Lautaro Gabriel, un pequeñín de 5 años que anda corriendo de acá para allá sin soltar el álbum del Clausura 2007 y las figus repetidas. Se arrima el Malevo Ferreyra. Le da un beso, lo estruja y se agarra la cabeza cuando Lautaro le regala su imagen. La Gata, al toque, exige la suya: "Despegála del álbum", reclama. Pocho Lavezzi se ríe de la cara de Ulloa, de Rivero y del Cuqui Silvera: "No pueden poner estas caras. ¡Los pibes se van a asustar!". Agustín Orion se desilusiona: no está su figu, es la única de San Lorenzo que le falta a Lautaro. Pero, rápido de reflejos, como en el arco, el uno lanza una humorada: "Y, soy difícil...". Darío Bottinelli, casi desesperado, agarra el álbum: "¿A ver qué número soy?", pregunta. La respuesta se la da Cristian Tula: "Uy, no está ¡Seguí participando Pollo! O pedí la de tu hermano, ja...".

Es el momento de las fotos con Los Castigadores del área, como los definió Ramón. Pocho invita a sus colegas a posar en la calesita. La Gata se niega rotundamente y Cuqui lo chicanea: "Con vos, no entramos los tres". Antes de arrancar la producción exclusiva de Clarín (es la primera vez que se juntan para una entrevista) le piden al fotógrafo un retrato con Lautaro y su colección de figus. Se paran. Obedecen. Posan. Se ríen. Hay onda genuina. Están distendidos. Felices. ¡Cómo cambió todo en San Lorenzo en apenas cuatro meses!