lunes, 14 de mayo de 2007

¿La Gata juago contra Passarella o a favor de San Lorenzo? - Olé

Jugó contra Passarella

No buscó a Lavezzi porque se empecinó en romperle el arco a Carrizo. No levantó la cabeza porque sólo tenía en vista hacerle un gol a su ex técnico. Al cabo, la Gata no puso el empeine como correspondía porque su obsesión le jugó en contra.


Jugó para San Lorenzo

La Gata hace goles grossos, no con la mano ni de relleno. Dos a Banfield para el triunfo, uno a Central y otro a Lanús para más victorias, el segundo a Boca para cerrar el clásico y otro al Rojo para seguir vivo. Si jugó mal, ¿qué le queda a Belluschi?

No araña - Olé

4 Partidos
Son los que hace que la Gata no la mete, aunque con una salvedad: no jugó en dos de los últimos cuatro. El último se lo hizo al Lobo, no estuvo con Godoy Cruz, roja contra Chicago, se perdió Vélez y ayer.

"Le fallé a mi tecnico" - Olé

¿A quién habría abrazado la Gata para festejar? ¿A Ramón? "Sí, claro, meter un gol era agradecerle...". Imágenes fuertes las del domingo en el Nuevo Gasómetro. Sobre todo para dos personajes top. Por decantación, el nombre de Ramón Díaz salta a la vista y, asomando detrás de la enorme imagen del entrenador, Gastón Fernández fue el jugador más mirado. ¡Y cómo! Desde Daniel Passarella, quien le abrió la puerta para que se fuera de River, pasando por la gente de Núñez, y hasta los hinchas de San Lorenzo, siguieron de cerca la actuación de la Gata. Por su pasado con la Banda y por su gran presente en Boedo. Y, aun siendo uno de los goleadores del equipo (con seis tantos), no pudo sacarse la espina rojiblanca que tiene clavada. "Nos vamos con un poquito de bronca", sintetizó. Motivos no le faltaron, sobre todo por una deuda que le confesó a Olé: "Le fallé a mi técnico". ¡Plop!

A ver: la salida de Fernández de River fue poco menos que traumática. De hecho, cuando el plantel de River partió para realizar la pretemporada, el atacante se quedó en Buenos Aires, palpitando la negociación que lo anclaría finalmente en Boedo. Otra derivación de aquella partida fue que en los días previos al partido de ayer, la Gata decidió no dialogar con la prensa, a sabiendas de que su relación con el Millonario sería el tema candente. Con esos antecedentes salió a jugar un partido especial, en el que no pudo lanzar ni un rasguño. Y eso que ronroneó cerca de Carrizo cinco veces. Pero sólo una de esas chances que tuvo pudo haber cambiado el rumbo de esta historia: a los 14'' del segundo tiempo, empalmó de derecha un centro del Malevo Ferreyra (sí, otro oriundo de Núñez) y estrelló el balón en el travesaño. Al respecto, reconoció: "No pude concretar las situaciones que tuve. Nos vamos con un poquito de bronca porque sabíamos que lo podíamos haber ganado: fuimos superiores, eso quedó claro. ¿Si me moría por hacer un gol? No, pero sí tenía ganas porque era un partido de los que nos gusta jugar a todos".

—Si metías la que dio en el travesaño, ¿con quién te ibas a abrazar?

—No pudo ser. Lamentablemente le fallé a mi técnico... Hacer un gol era una forma de agradecerle por haber confiado en mí en un momento difícil para mí.

—Ok, el abrazo era para Ramón...

—Sí, sí, seguro que sí.

Uno x Uno - Olé

A. Orión (6,5): Bien en los centros, sacó dos buenas, a Ortega y Ponzio.
C. Tula (5): Se acomodó como pudo al lateral. Se corrió al entrar González.
S. Méndez (7,5): Ante un River sin un hombre de área full time, se mostró firme. Vio la amarilla.
N. Bianchi (5): Algunas desprolijidades, mucho espacio para cubrir...
G. Voboril (6): Poco más de media hora. Subió bien, se fue reemplazado.
D. Rivero (7): Activo, tuvo varias escaladas. Provocó la roja a Galván y la amarilla a Augusto.
C. Ledesma (7): Manejó la bocha en corto y le dio fluidez al mediocampo. De lo mejor del equipo.
S. Hirsig (5): Ramón eligió sacarlo a él en el ST para que entrara Jiménez. Nunca se desprendió.
O. Ferreyra (4): Su arma es la zurda en forma de centro, que en general fue sin cuerda. Tiró uno (¿o al arco? en la que la Gata reventó el travesaño.
E. Lavezzi (5): Un desborde formidable en el arranque ante Gerlo y una pelota regalada por el central. Después, no lo supieron aprovechar.
G. Fernández (3): Displicente, picó una pelota ante Carrizo, y sorprendió en el área con la bocha al travesaño. No estuvo fino al leer las jugadas.
A. González (5): No fue el arma que necesitaba Ramón por derecha.
R. Jiménez (5): Una chance de cabeza. Poco.

Gastón Fernández y Ariel Ortega vivieron un partido aparte - La Nación

La Gata, por su pasado millonario, y el Burrito, que volvió a la titularidad, afrontaron un clásico especial

Más allá de presunciones e intenciones, de la técnica y de la inspiración, de ambiciones y de posturas ante la adversidad, tanto Gastón Fernández como Ariel Ortega no desatendieron sus obligaciones en un partido especial para ambos. Se creó un ambiente especial alrededor de ellos en la semana previa al clásico entre san Lorenzo y River. Los dos interpretaron que un compromiso así lo exige todo, al menos desde la entrega. Tuvieron minutos de buen fútbol, aunque no hubieran podido sostenerlos por más tiempo. Pero también gastaron a cuenta en energía, como si hubieran tenido la necesidad de demostrar algo. Será también porque lo vivido en lo personal les daba un tono especial a sus acciones.

Ayer, la Gata y el Burrito deben de haber apoyado la cabeza en la almohada con la tranquilidad del que agotó las fuerzas. Los dos le pusieron el cuerpo y los nervios al partido, para que el clásico fuera algo distinto de lo que finalmente fue.

Quedó eso como la primera impresión global. Falta desmenuzar matices, circunstancias y posturas. Y en ese plano, se comenzará por la Gata, por ser el delantero del puntero. En los primeros días del año, marginado por Daniel Passarella en River, el delantero recibió la llamada de Ramón Díaz que le ofrecía un lugar en el Bajo Flores. Desde entonces, esperó su oportunidad desde el banco de suplentes y se ganó el reconocimiento en la cuarta fecha, al marcarle un gol a Boca en el triunfo por 3 a 0 en la Bombonera. Desde entonces, fue siempre titular y anotó seis goles, pero por su expulsión tras un empujón a Israel Damonte en el partido con Chicago se perdió el partido con Vélez, de la fecha anterior, en el que el Ciclón cayó 2-1.

No fue un encuentro sencillo para la Gata, centro de las miradas azulgranas. "Me perdí algunas situaciones propicias para marcar y lo lamento", fue el escueto análisis que hizo de su rendimiento. La más clara fue un remate que impactó en el travesaño a los 14 minutos del segundo tiempo. Antes intentó un disparo elevado sobre Carrizo y, cerca del final, el arquero le contuvo un toque suave y Ferrari le desvió un tiro al córner. "Los puntos perdidos no son un inconveniente: son una oportunidad", explicó.

La Gata y el Burrito se abrazaron en los instantes previos al comienzo del partido. Sus nombres fueron ovacionados, cada uno por sus hinchadas. Ortega había llegado contento al estadio, sentado en las primeras filas del ómnibus. En la semana, más precisamente el último martes, se fue del entrenamiento en Ezeiza con una sonrisa y manifestó que estaba con ganas de jugar, aunque tenía que esperar la decisión de Passarella. "A mí siempre me fue bien en estos partidos", había sido la apuesta del hombre que intenta salir del laberinto que le propone su adicción al alcohol.

La emocionante y espectacular definición bajo la lluvia y el interminable abrazo con Passarella, que coronó la goleada por 5-0 del último Apertura en el Monumental, era una imagen que Ortega deseaba repetir. "Me sentí muy bien, pero no pude marcar. Me tocó volver en un partido difícil, en el que jugamos casi todo el partido con un jugador menos. Igualmente, generamos situaciones de gol, porque nosotros también tuvimos chances de ganar el partido." No fueron tantos los goles que gritó Ortega contra el Ciclón (tres, el más importante en la Copa del 96), pero sí las alegrías: de 16 partidos, ganó siete, empató ocho y perdió solo uno (el clásico en el que menos cayó). La estadística le agregó un condimento más al regreso del Burrito de ayer y a su reconciliación temporal con Passarella

A los dos les quedó el sabor amargo de no haber podido gritar un gol, pero en la pesadumbre no debe quedar relegado el reconocimiento al esfuerzo y la convicción con que lo buscaron.

Gastón: "Me quedé en deuda con mi técnico" - Clarín


Hace unos días, Gastón Fernández dejó entrever que la herida por la manera en que lo fueron de River seguía abierta: "¿Qué si voy a saludar a Passarella? Cuando me tuve que ir de River no me saludó nadie..." Y ayer, con la igualdad en cero, fue directo: "Quedé en deuda con mi técnico. Quería hacer un gol para ir a dedicárselo".

Su técnico, obviamente, es Ramón Díaz y no Daniel Passarella. Está clarísimo: "En un momento complicado para mí, él, Ramón, fue el único que confió en mí. Me rescató, por decirlo de alguna manera. Fue muy importante para que venga a San Lorenzo. Siempre le voy a estar agradecido por lo que hizo por mí. Me respetó en todo sentido".


—¿Con qué sensaciones te vas?

—Y, con un poco de bronca. Porque hicimos todo lo posible para ganar sumar de a tres. Fuimos superiores en todo momento.

—¿Qué les faltó?

—Nos faltó acertar en la definición, un ítem en el que hasta ahora no habíamos fallado.

—Pese a que hay quienes sostienen que San Lorenzo se cae, ustedes no aflojan...

—Siempre se habla de los mismo, desde que empezó el torneo que vienen diciendo que nos vamos a caer... Pareciera que no quieren que demos pelea hasta lo último. A esos que no confían en nosotros no le vamos a dar el gusto. Faltan cinco partidos y para nosotros son cinco finales.

—¿Te sorprendió la actitud que tuvo River?

—Ellos se defendieron bien, cerca de su arco. Y lo hicieron bien...