lunes, 12 de marzo de 2007

La Gata Fernández se metió a todos en el bolsillo - Clarín

Fue la figura del nuevo líder del torneo. Hizo dos goles —un penal ejecutado con maestría y audacia— y se fue ovacionado.


Un segundo. Apenas ese tiempo fue el que tardó Gastón Nicolás Fernández en decidir picar el penal del empate, según sus propias palabras. Y quizás, ahí, en ese preciso instante comenzó a meterse en el bolsillo a todo el pueblo azulgrana. Arriesgó, sí. Quizás bastante más de lo que debió hacerlo. Pero La Gata en ese toque delicioso mostró jerarquía, personalidad, audacia, frialdad, un poco de locura y mucho de maestría.

"Hice lo que más me convenía", declaró el más destacado de la victoria ya entrada la noche en el Pedro Bidegain. Ni se inmutó en esa respuesta. Como no se inmutó cuando agarró la pelota y se paró delante de Lucchetti. Aunque intentó minimizar su definición, no pudo: "Tuve suerte, el arquero se tiró para el otro lado...

"—¿Quién era el encargado de patear los penales?

—Silvera...

—¿Se lo pediste?

—Sí, cuando lo fui a saludar en el piso después de que le cometieron la infracción.

—¿Y qué te dijo?

—¡Metela...!

—Ramón Díaz comentó que si no lo metías no ibas a patearlos más...

— Y sí, es así. Pero en ese momento ni pensé en eso...

En el segundo gol, el de la victoria, el de la punta en soledad, el del alivio, también tuvo mucha improvisación. La jugada fue sacada de la Play Station: pisadita para acá, pisadita para allá de Ledesma, pase milimétrico para Andrés Silvera, todo a máxima velocidad, con precisión; centro para Fernández, quien a la carrera esta vez ni siquiera tuvo un segundo para pensar. Toque y 2-1.

"Fue un jugadón. La definición fue hermosa, pero el mérito fue de Silvera, que me dejó solo frente al arquero. Por eso, en el festejo enloquecido que metí lo señalé a él", confesó a Clarín el ex River, Racing y Rayados de Monterrey, después de pasar el trámite del control antidóping.

Para él, haber llegado a la punta del torneo tiene su costado bueno y malo: "Para mí, la tabla de posiciones demuestra lo que venimos haciendo. Por algo estamos donde estamos. Pero no hay que creérsela. Tenemos que estar con los pies en la tierra. Seguir así, mejorando y aprovechando este presente. Pero también sabemos que ahora todos nos van a jugar a muerte"

.—¿Pensaste que se les complicaba cuando estaban 0-1 y con un hombre menos por la tarjeta roja a Rivero?

—Y... Sabíamos que el esfuerzo debía ser doble. Demostramos que somos un equipo de hombres.

—¿Sintieron la presión de la gente?

—Lo de la gente fue impresionante. Antes del partido hablamos en el vestuario de no jugar al ritmo de ella. Pero es complicado manejarlo. Había mucha pasión. En ese punto también respondimos positivamente.

—¿Creés que esta vez sí están para pelearle de igual a igual a River y a Boca?

—Por supuesto. Pero me parece que hay más equipos, además de San Lorenzo, River y Boca, que van a estar en la pelea. Veo bien a Estudiantes y a Arsenal.

—¿Qué tiene San Lorenzo para estar arriba de todos?

—Una gran actitud, muchas ganas, y creo que nos estamos afianzando en todas las líneas.

-Y vos, ¿qué sos, enganche, mediapunta o delantero?

—Mirá, con las ganas que tengo de devolver tanta confianza, tanto cariño que me dio la gente de San Lorenzo desde que llegué al club, no hace falta elegir: juego de lo que el técnico me pida.

Se fue bien de noche, casi en medio de la oscuridad. Inmensamente feliz. Por el triunfo. Por sus dos goles. Por la punta en soledad. Y porque ya comenzó a pagar con goles y lujo todo lo que San Lorenzo invirtió en él.

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