La Gata tenía que hacer dos goles para alcanzar a Palermo pero ni asomó las uñas y Ramón lo sacó faltando 30''. "Igual hizo un gran campeonato", lo acarició el DT.
Gastón Fernández vio el 9 en la chapa digital y enfiló para el banco entre sorprendido y ofuscado. Recibió el cariñito en la cabeza de Ramón, pero no fue consuelo. Porque la Gata quería ser el Pichichi del torneo, dos gritos lo separaban del top scorer actual (¿y final?) Martín Palermo. Y el Pelado, "el único que me llamó en el momento más complicado de mi carrera y me llenó de confianza", el que despertó el talento reprimido (u oprimido) del punta, el que en la antesala del último brindis con Cerveza blanqueó que San Lorenzo iba "a jugar para la Gata, queremos que termine siendo el goleador del campeonato"... lo sacó. Y lo reemplazó, oh sorpresa unánime, a los 15 minutos del segundo tiempo, cuando aún quedaba rato para que la Gata desenfundara, al fin, las uñas que tan bien supo utilizar durante todo el Clausura y que ayer ni amagaron con asomar. Díaz optó por esconder el novillo de lana (Silvera estaba jugando igual de flojo que el 9), plantar un 4-4-2 pese al 0-1 parcial, y Palermo supo que hoy descansaba...
"Si se daba, iba a ser algo muy lindo, nada más y nada menos que coronar un semestre brillante. Pero lo mío quedó en segundo plano, siempre está primero el equipo", no ronroneó pero tampoco bufó Fernández. Un Fernández que ante Quilmes destiñió su raid de nivel de juego superlativo. De hecho, ayer apenas contó con un pseudo cabezazo que devino en foul a Palos en el primer tiempo, y un testazo a los tejados recién empezada la segunda mitad. Ah, una vez quedó en offside. Después, nada, algún chiche perdido, sí, pero nada en realidad. "Igual, Gastón hizo un gran campeonato. Lo saqué porque este equipo está acostumbrado a rendir mejor con un esquema 4-4-2, y quería presionar más. Por suerte nos salió bien", explicó a las apuradas el entrenador riojano, gambeteando las re preguntas y apelando (raro en él) al cassette, speach armado con fraserío ya escuchado desde la coronación.
"Quiero ser el goleador del torneo", había anunciado la Gata en la previa. "Si la Gata hace dos goles, por ahí juego", saltó Palermo. Boedo hizo dos goles. Pero no retumbaron maullidos...
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