El Pelado, pícaro, blanqueó que ante Quilmes todo el equipo buscará el bonus track: que Gastón Fernández termine como goleador. "Y yo me tengo fe", avisó el delantero.
Los fríos números (cero goles en tres cruces ante la Cerveza), denuncian que las ganas de la Gata y de todo San Lorenzo podrían quedarse en ganas. Sin embargo, el presente caliente del delantero —y bué, ni hablar del equipo—, no hacen más que amenazar con dejar de ser pura espumita. Además, todo está dado para que Fernández consiga lo que quiera. Ya batió su propio récord personal de gritos en torneos cortos: su antecedente más positivo era de seis conquistas en el Clausura 04, jugando para Racing. Club donde terminó compartiendo el cartel de goleador... del equipo, junto con Lisandro López. Y Academia en la que enseñó que podía desplegar muchos más chiches de los que la gente le conocía en River. Igual, su excursión por Boedo terminó siendo superlativa. Más maduro, la Gata mostró, amén de sus firuletes de siempre, una soltura inusual para moverse dentro del área. Goles como los que convirtió ante Racing o Arsenal, empujando la pelota gracias a estar donde tenía que estar el 9, avalan la teoría de que, hoy en día, Fernández no es más uno de esos jugadores que no se sabe en qué posición encasillarlo, que no son ni una cosa ni la otra. Ahora se lo puede catalogar con cualquiera de los puestos de ataque.
El momento soñado de la Gata, la figura del campeón, el tapado más destapado, tiene otros motivos para aspirar seriamente a posar sobre el escaloncito más alto del podio. Porque una goleada ante un Quilmes ya descendido no es para nada imposible de augurar. Porque ya sabe de dobletes en este torneo (¿o no Banfield? ¿O no Arsenal?). Porque Cvitanich y Tacuara Cardozo, de diez y ocho tantos respectivamente, no serán competencia extra, ya que no jugarán la última fecha. Porque si Palermo finalmente juega el domingo, mano a mano los dos en una cancha hay ventaja para el punta cuervo: en tres enfrentamientos (dos superclásicos y el último Boca-San Lorenzo) el nuevo Santo de Boedo mojó en dos ocasiones y el Loco, en ninguna.
Y porque, principalmente, Ramón está cebadísimo con la idea de volver a fabricar un goleador local. Quizá porque él apenas lo consiguió en el Apertura 91, Díaz suele jactarse (y en su arribo a Boedo no fue la excepción) de moldear como pocos a sus atacantes. Saviola, Cardetti y Cavenaghi terminaron como máximos artilleros bajo su larga dinastía en River. "Y con Gastón intentaremos hacer lo mismo", se esperanza el Pelado, quien tiene un afecto especial por Fernández, "porque es de la misma categoría de mi hijo Emiliano. Son amigos desde chiquitos. Con el Malevo Ferreyra siempre venían a mi campo y se quedaban horas pateando", apunta el técnico riojano.
Pasaron seis años desde que San Lorenzo ostentó su anterior título local... y su último goleador del fútbol caserito: Bernardo Romeo. Doblete de frac que mañana puede tener remake. Otra más. Je...
Tiene apoyo
Cristian Tula. Defensor
"Ojalá que San Lorenzo tenga al goleador del campeonato. Lo vamos a ayudar".
Santiago Hirsig. Volante
"Este equipo demostró que está unido y tenemos que darle una mano a Gastón"
Ezequiel Lavezzi. Delantero
"Voy a tratar de darle muchos pases para ver si la Gata puede ser el goleador".
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